NOSOTROS
Fue el verano del 2003 que estuve por primera vez en tierra bretona, y desde entonces he vuelto varias veces, a visitar pueblecitos, castillos, faros, la costa… Es una tierra encantadora que cautiva y enamora.
Las casas con los entramados de madera todavía conservados de épocas muy lejanas… Sus leyendas, el Mago Merlín, el lago encantado… Los castillos perfectamente conservados y restaurados, el archiconocido Mont Saint-Michel ya dentro de Normandía, pero tan al límite que es visita obligada si estás a Bretaña.
Sus faros, tan enigmáticos y lejanos; el mar, a veces en calma y a veces enfurecido…
Su sidra, ácida y amarga por la manzana bretona, y totalmente adictiva…
Y, por supuesto, las Galettes de trigo sarraceno. Sorprenden la primera vez que las comes, pero su sabor característico y los rellenos tan variados hacen que sea un plato muy especial. Galette de camembert, de verduras, con pescado… Y la famosa Complette, con jamón york, emmental y un huevo cocido a la misma crepera.
Todo es posible, en una Galette!!!
Son muchas las cosas que me gustan de Bretaña, y por eso es de los pocos lugares donde me perdería.